Un poeta dijo una gran frase cierta: la niñez es una hermosa puerta para una horrible casa. Lo que quiso decir, obviamente, es que de niños vivimos en un estado de felicidad permanente que luego, al ir creciendo, se borra.
Por supuesto, uno quisiera, como Peter Pan, ser para siempre niño, pero no se puede. Por mas que uno lo intente, lo cierto es que no se puede, y al no poderse uno se choca de frente con la realidad, con una realidad compleja que indica claramente que las cosas nunca son como uno quisiera que fueran.
Porque, por ejemplo, cuando ibamos a los hoteles de Ponferrada de pequeños, los dueños nos trataban como parte de la familia, como parte de su familia. Porque cuando ibamos a los hoteles de Ponferrada de pequeños nos sentiamos bien tratados. Porque, cuando ibamos a los hoteles de Ponferrada de pequeños, aun estando lejos del hogar, nos sentiamos en caso.
Hoy un hotel en Ponferrada es muy diferente. Hoy, el dueño del hotel en Ponferrada donde paramos es un hombre malhumorado con empleados aún mas malhumorados que él, que nos tratan como si nos hicieran un favor, pese a que somos nosotros, y no ellos, quienes pagan la cuenta.
Afortunadamente todavia queda una opcion llamada Hotel Villamartin, uno de los mejores hoteles en Ponferrada que dispone de comodos cuartos y una amplia cafeteria, donde el visitante podra degustar unos magníficos vinos, eleborados pinchos y tapas, al servicio de nuestros huéspedes.
El hotel Villamartin dispone de una generosa cafeteria donde degustar unos magníficos vinos, eleborados pinchos y tapas, al servicio de nuestros huéspedes.
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